21.11.09

Foso / El día que la tierra se detuvo, de Robert Wise

El día que la tierra se detuvo (The Day the Earth Stood Still) EE.UU.1951. 92´ DirecciónRobert Wise. GuiónEdmund H. North.Fotografía Leo Tover.Música Bernard Hermann.Con Michael Rennie, Patricia Neal, Hugh Marlowe, Sam Jaffe, Billy Gray, Lock Martin. Estudio20th Century Fox.



“Gort: Klaatu barada nikto!” es una frase que, en idioma cinéfilo extraterrestre, podría ser algo así como el equivalente a “Tócala de nuevo, Sam”, sólo que varias veces más clase-B y bizarra. Vaya uno a saber qué quiso decir con esto Michael Rennie (el Klaatu en cuestión) cuando le dio estas órdenes a su robot Gort, pero fuere lo que fuere, funcionó: el androide con forma de Oscar plateado detuvo su destrucción masiva y le dio así a los seres humanos otra oportunidad para cambiar su destino.

Hoy revivido en una remake por demás ecologista, el recuerdo de este clásico de la ciencia ficción, dirigido por Robert Wise, resurge como una cita obligatoria para todo amante de la parafernalia sci-fi de los ‘50s de Hollywood. Y es que El d ía que paralizaron la tierra, al igual que su compañera en ideología anti-comunista La invasión de los usurpadores de cuerpos, fue no solo un emblema de su época sino además un film casi perfecto en su contenido y estructura: sin disimular su discurso político, se valió del entretenimiento basado en un buen guión y no en efectos especiales, para transmitir al espectador una visión apocalíptica del porvenir del hombre.
Todo comenzó cuando, un mal día allá por 1951, un extraño objeto volador se posó sobre Washington DC para dar al mundo un mensaje nefasto: los días de la humanidad estaban contados. El contexto de posguerra y la amenaza roja latente, sumado a la barbarie belicista de los humanos –especialmente, la de los políticos- harían de este frío escenario el temido fin del mundo. Y, claro, como cada vez que los hombres deciden aniquilarse los unos a los otros el que paga las consecuencias es el planeta, la única forma de conservar la Tierra es eliminando a la especie “civilizada” que descuidó su hábitat hace ya mucho tiempo.
El mensaje de Klaatu no intenta ser devastador en una primera instancia pero, como siempre, cae en oídos sordos que no representan a la inmensa mayoría de la gente, y una serie de confrontaciones con la milicia estadounidense terminan por prácticamente desatar el armageddon en la capital norteamericana.
Tanto el Klaatu de Michael Rennie como el inmenso Gort (con el actor Lock Martin en su interior) pasaron a la historia por sus peculiares frases y acciones: mientras que el gigante de hierro era capaz de desintegrar el arma de los militares malvados, el alienígena con justificada forma de humano se despachaba con frases como “(nosotros) no tenemos un sistema perfecto, ¡pero al menos funciona!” ¡Ja! ¡Aprendé, Stalin!
Naif, hoy ingenua, algo absurda y demasiado obvia en su ideología, The Day the Earth Stood Still es uno de esos films para redescubrir en momentos como el de hoy, donde los fantasmas que acechan al mundo occidental ya no son los mismos de antes, y la robótica ha avanzado de manera tal que se encuentra lejos, muy lejos, de parecerse a una lata de conserva como lo fue en su momento Gort. ¡Larga vida a Klaatu, el primer mesías intergaláctico!

Bonus Track
- En la remake de Scott Derrickson, la célebre frase “Klaatu barada nikto” fue incluída por presión de Keanu Reeves, quien dijo que no haría el personaje si no tenía esa línea de diálogo. La frase, de todos modos, aparece algo imperceptible al comienzo del film, con varias distorsiones sonoras que obligan al oído cinéfilo a concentrarse por demás para poder apreciarla.
- Más allá de las múltiples alusiones religiosas que poseen tanto la original como la remake, una de ellas, en el clásico del ’51, resaltaba por sobre las demás: cuando Gort “revivía” a la actriz Patricia Neal, Klaatu afirmaba que no se trataba de una resurrección, puesto que esto es algo que “sólo Dios y el Espíritu Santo pueden pergeniar”. Aia.

Mariano Torres.
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