27.9.11

Braindead, de Peter Jackson

Dígame, caro lector, si esta joyita fílmica no tiene todo para disputar cabeza a cabeza el trono a la "Mejor Película de Zombies" contra cualquier cinta de Romero, Fulci o -si quieren- Raimi. Más allá de la obvia impronta satírica y chistosa que destila Braindead, verán que no estoy muy errado.
Peter Jackson ya nos había escupido Bad Taste, otra gema del cine bizarro. Pero la cuestión es que Braindead va muchísimo mas allá, en todos y cada uno de los sentidos imaginables (sangre, tripas, humor negro, jocosidad, drama, dolor y grosería). 

Es evidente que en esta cinta el señor Jackson tuvo a su disposición muchísimo más dinero del que se permitió derrochar maravillosamente en Bad Taste. Si Braindead no roza el mainstream, es porque el pulso, la trama y el inconfundible sello Jackson (léase gran-angular al mango, primeros planos de heridas decididamente impresionantes y ritmo alocado en escenas cumbre) no se lo permite y todo sigue teniendo ese delicioso sabor a clase B que tanto nos apasiona.
En una remota isla cercana a Sumatra, un científico logra capturar algo así como una horrible rata simiesca (maravilla del stop-motion) la cual termina confinada a una jaula en el zoológico de Newport. 
Si este bonito roedor osa morderte, fuiste... te convertís en una masa putrefacta que sólo quiere comer carne humana fresca.
La cuestión es que la rata muerde a Vera (Liz Moody), una anciana horriblemente castradora que vuelve loco a su hijo Lionel (Timothy Blame) en una relación que vendría a ser la versión gore de Norman Bates y su mamá. La vieja se convierte en zombie, muerde a medio mundo y la plaga se desata en el pueblito.
Lionel no quiere matar a su mami zombie y por eso la esconde en el sótano junto con otros
zombies que le caen bien (un cura, una enfermera y algunos más) para que nadie los moleste o intente matarlos... y para que su noviecita Paquita (Diana Peñalver) no se entere del oscuro secreto.
La fiesta zombie continúa en el sótano y el cura mantiene relaciones sexuales con la enfermera (primera y única vez en que un coito zombie es mostrado en cine, creo) y ella dá a luz un bebito deforme -y asesino- que es más hinchapelotas que Daniel el Travieso.
Cuando Paquita descubre todo el fato, hace entrar en razón a Lionel, y deciden eliminar a los zombies inyectándoles veneno en las narices. Pero el veneno produce un efecto
secundario no deseado y los no-muertos vuelven al ruedo más enérgicos y potentes que nunca... justo cuando en casa de Lionel se celebraba una fiestita.
La batalla entre vivos y finados es de proporciones épicas. Las tripas vuelan, la hemoglobina fluye, los gritos ensordecen y la gente se resbala porque el piso está cubierto de líquido viscoso, trozos de carne horriblemente mordida y sangre muy, pero muy tibia.
La película tiene una y mil escenas para el recuerdo, un ritmo suave y entretenido al
principio y comienza a cobrar dinamismo (y cadáveres) al poco tiempo hasta convertirse en una fiesta gore para el infarto.
Aquí, Jackson volvió a superarse a sí mismo y nos entregó Braindead para que aquellos que asumíamos haber visto todo en materia de zombies pensemos un poquito mejor las cosas y hasta consideremos incluirlo en el casi inaccesible panteón de los grandes del cine-foso.
¡Extremadamente recomendada!

Bonus Track:
-El título alternativo que recibió esta cinta es "Dead Alive".
-Peter Jackson aparece un ratito haciendo de embalsamador idiota.
-Increíble la escena en la que el pobre Lionel saca a pasear al bebito zombie.
-El cura sabe kung-fu y lo demuestra haciendo de goma a cinco monstruos.
-La pelea entre Paquita y el bebito zombie es para el recuerdo.
-Y si, el Bebito Zombie se afana la película.


Daniel Celina.






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