Por Juan Pablo Bondi
Sin ningún orden de importancia, estos son algunos de los
films que me han marcado:
1) Blade Runner: Obra maestra de Ridley Scott, la cual vi cuando
tenía alrededor de 10 años en la casa de mis abuelos. Lo que más me llamó la
atención en ese momento fue el espectacular mundo que muestra y que, en algunos aspectos, se
asemeja al de hoy en el 2013. Un film decididamente melancólico, con humo,
lluvia y noche casi constante. Con un excelente arte, diseño de producción,
memorable performance del holandés
Rutger Hauer y la electrónica y etérea música del griego Vangelis hacen de Blade Runner (en especial en su versión
de Final Cut o “Corte Final”) una
gema del cine de Ciencia Ficción. De yapa, con la pieza final de Vangelis, uno
tiene ganas de jugarse un picadito.
2) Casablanca: Otro film que miré varias veces por TV en la
casa de mis abuelos. Humprey Bogart, hombre y actor que personifica al “cine
negro” por excelencia, junto a la belleza exótica de Ingrid Bergman, hacen de
este noir romántico en épocas de la
Segunda Guerra Mundial un film de obligada visión. Más allá de estas buenas
razones, las performances de los actores secundarios como Peter Lorre, la
excelente fotografía y la canción As
Time Goes By hacen de este film un clásico memorable.
3) Todos los Hombres del Presidente: Este film, visto hace un
par de años atrás, es un buen acompañamiento a otros trabajos de los años '70 como
“Los 3 Días del Cóndor”. Con una mezcla de paranoia y exhaustiva investigación
por parte de dos protagonistas muy disimiles entre sí, “Todos Los Hombres del
Presidente” hace palpable y emocionante la desconfianza que muchos tenemos a
las autoridades.
4) Chungking Express: Este trabajo de Wong Kar Wai lo vi hace ya varios años y lo que conquista al espectador es la simpatía y
la simpleza de la película. Los escenarios del lugar más la música hacen de Chungking Express uno de los films
imperdibles de los ’90.
5) Siete Pecados Capitales: Oscura, violenta y con un dejo de nihilismo. Una de las mejores obras de David Fincher. Con imágenes escalofriantes y con un
guión muy bien armado, esta película de mi infancia se convirtió en una digna
heredera de “El Silencio de los Inocentes”.
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