Quien tiene el maldito dinero, de César Barrangou (Argentina)
Se trata en realidad de un trailer, que sin dudas fue incluido en el bloque de cortos por la extraordinaria factura. De los mismos creadores del imperdible La extravagante y poco práctica venganza de la momia. FREAK
Parte de lo mejor de la selección del bloque Cortos Argentinos. Un velatorio, un grupo de rezadoras en loop, una historia de amor y mucha angustia contenida. Minimalismo, emoción y arte en frasco chiquito. FREAK
Working Day, de Andrés Borghi (Argentina)
De lo mejor que puede verse en el festival. Un hombre que se levanta a una (presumible para nosotros) rutina diaria abúlica y desechable, pero que sin embargo enfrenta una tarea que no cualquiera puede llevar a cabo. Imperdible. FREAK
Mobólikos, de Grupo Mobólikos (Argentina)
Una versión libre de La gallina degollada, el gran, breve (y enorme) relato de Horacio Quiroga, en este caso contado a través de un grupo de personajes con alguna cierta certeza en su perfil, con una narración bastante ajustada desde lo visual, aunque con un relato en off de una pobreza llamativa, que echa a perder lo logrado a través de las imágenes. FREAK
Los libres, de Grupo Humus
No está entre lo mejor del grupo que nos ha entregado maravillas como Un mantel escocés o Plastiquito (ambas proyectadas alguna vez en el BARS), pero cumple por lo absurdo de la propuesta: un momento y lugar no determinados en el que la población sale a lamer plantas y árboles. Además, como siempre, la terminación redondita que ya es marca de fábrica de nuestros muchachos, siempre por arriba del promedio local. FREAK
Fábula en DM, de David Veccio (Argentina)
Un corto que quizá no cuadra dentro de un festival como el Rojo Sangre, ya que no tiene conexiones con lo bizarro, más allá una forma de animación (excelente en su factura) lejos de lo obvio. La fábula en cuestión remite a la última dictadura militar con un tratamiento correcto, simple y contundente. FREAK
Amor en Villa Cariño, de Maximiliano Monzón (Argentina)
Comedia clase Z, donde los protagonistas del cuento son los queridos y queribles hombrecitos de jengibre, en diferentes modalidades y formas. La factura es tan berreta que conmueve, el sonido es horrible, en apariencia grabado desde el micrófono de la cámara con la que se filmó, o bien, en el mejor de los casos, a través de un mic de quince pesos comprado en Musimundo. La imagen es tosca, la animación de los personajes se limita a mostrar los dedos de quienes los mueven o los hilos de los que cuelgan. Pero los textos son ingeniosos y la pequeña historia está contada con más gracia y soltura que más de una comedia familiar televisiva. Por eso y por la guarrada de presentar esto como un trabajo a ser exhibido, bien vale la impudicia de prestar los ojos al despropósito. FREAK
Anabelle, de Bruno Zilli (Argentina)
Desde el inicio se evidencia un tratamiento visual diferenciador, por sobre el promedio de lo que suelen ser las propuestas de los cortometrajistas indies made in Argentina. Cierto formalismo del cine mudo, remezclado con subtítulos en francés y una imagen cuidada, para un trabajo que, además, está basado en La Divina Comedia, de Dante.Allighieri, en versión hiper libre, claro está, lo cual le da doble valor a una moderación de las pretenciones que mejoró aún más el resultado. FREAK
Twin Apple Yenga, de David Fernández (Argentina)
Un buen chiste, efectivo, cortito y sin mayores intereses que los de sacar una o dos carcajadas. Referencias a Sofovich (empezando por el título, claro) y el truco técnico de hablar al revés para hacerlo sonar al derecho. Eso, y gracias, pero cumple. FREAK
El asunto, de Andrés Novas (Argentina)
Una especie de jodita entre amigos filmada sobre un colectivo en marcha, donde la protagonista es una señorita a la que la menstruación la sorprende en pleno viaje. Eso, y una solución poco ortodoxa para hacerla salir de la situación. En el mismo túnel (hacia abajo) del corto anterior. FREAK

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