Más cortometrajes, más realizadores, con más o menos certeza pero el corazón bizarro latiendo en la mano (y con las arterias repartiendo sangre al que pase cerca). Cursilerías aparte, eso: Cortos, militantes y freaks. Tomá.
Chloe and Attie, de Scooter Corkle (Canadá) -foto-
Este trabajo llegado desde la tierra culpable de todos los males estadounidenses (según South Park) es parte del puñado de cortometrajes imperdibles del BARS de este año. Una elaboración técnica formidable que sirve como tanque de un relato concreto y sólido. Terror del mejor, hit seguro en cualquier festival del género y un potencial largometraje de culto, si se animan. FREAK
La vuelta del malón, de Laura Casabé (Argentina)
De la realizadora de El hada buena: Una fábula peronista, tenemos este corto ambientado en fines del siglo XIX, con un protagonista de la patria oligarca rural ("un estanciero bien hijo de puta", según la sinopsis oficial). La conquista del desierto, indios muertos... o no tanto, y una venganza tremebunda. Pequeño futuro clàsico (al menos para quien firma estas líneas). FREAK
Due Low Fi: Yo te filmo primero, de Tetsuo Lumière (Argentina)
El rey midas del clase B local presenta en competencia una de las propuestas más originales (inicialmente pensada para un curso de filmación con teléfonos celulares). Hablar de la genialidad de Lumiere es redundante, pero si no viste Mi reino por un plato volador, esta es una buena puerta de ingreso al planeta Tetsuo. Y si la viste, o si le entraste tambièn a la secuela, este es un bonus infaltable. FREAK
...Stay, de Álvaro López León & H.R. Paternain (España)
Después de un meta-mensajito moralizante contra el consumo de marihuana viene el momento freak (en el que muere el consumidor, por supuesto) y la cosa se pone un poco más interesante, aunque breve. Buen ejercicio de montaje y pequeña puesta en escena. FREAK
Cabine of the Dead, de Vincent Templement (Francia)
Un corto zombiesco de los grosos, de los que tienen toda la carne en el asador (con un presupuesto interesante) y un relato intenso que no se pierde en los efectos de maquillaje o en el jueguito del zombie come cerebros y nada más. Si viste alguna de las Plaga Zombie, sabés de lo que hablamos. FREAK
Clara, de Alvaro Pruneda (Chile)
Correcto trabajo de terror a la Ringu, con muerta no-muerta que arrastra el piecito y todo. FREAK
Zombienation-Dead by Dawn, de Víctor Méndez (Argentina)
Más intenciones que resultados, pero con un trabajo que denota un oficio casi siempre ausente en las películas sobre muertos vivos made in pampas. Dentro del panorama nacional, logra salir del promedio. FREAK
Las panteras y el templo, de Franco De Nunzio (Argentina)
Otro cortometraje del BARS de este año con escritores que utilizan máquina mecánica en lugar de computadora o notebook (dan menos románticas, se ve). En este caso, sobre un hombre acosado por el maltrato de su mujer azafata. Una idea remanida (la de la fantasía psychokiller) y un par de actuaciones (el gran problema del indie argento) que no convencen en gesto alguno. FREAK
Homo-Zapiens, de Sebastian Camiletti (Argentina)
Un futuro cercano, o presente paralelo, en el que la televisión domina al espectador y le vende lo que quiere, sobre todo en materia de seguridad. Camiletti se engolosinó con la posproducción y se olvidó del resto, sobre todo de la marcación de actores. Vale solo por los chiches visuales bien utilizados. FREAK

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