Pasó una nueva edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, en un año que, con igual presupuesto que en la versión 2010 (pese a la inflación) mantuvo no sólo su cantidad y calidad a la hora de las películas, sino también que además logró superarse en sedes participantes. Pero lo que más que nada indica el éxito de esta 13era edición fue la respuesta del público, que volvió a marcar un récord.
Este año se vendieron 210 mil entradas, que si se suman al público que asistió a los eventos gratuitos, conciertos, mesas redondas y presentaciones de libros, se habría alcanzado una cifra aproximada a las 300 mil personas, un 10 por ciento más que en la edición anterior.
En total se realizaron 1083 funciones, en las que se proyectaron 483 películas, entre largometrajes (307), cortos (100) y mediometrajes (31).
De los 483 títulos, la friolera de 113 fueron de la Argentina (70 largos, 43 cortos) y, en términos generales, se puede decir que los que mayor revuelo causaron fueron, paradójicamente Torrente 4: Lethal Crisis (lo indie lo dejamos para otro día) y la versión restaurada y ampliada de Metropolis, ambas en funciones únicas que se agotaron a poco de ponerse en venta los tickets.
En cuanto a nosotros, estos días continuaremos posteando críticas de lo que estuvimos viendo. Estate atent@.

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