3.4.11

Shivers, de David Cronenberg

Shivers (de 1975) es, oficialmente, el primer film de David Cronenberg. Antes había realizado un par de largometrajes como estudiante, Stereo (1969) y Crimes of the Future (1970), hoy, autenticas piezas de coleccionista y fundadoras de la llamada estética de la nueva carne.
Ivan Reitman, fundador del cine de terror canadiense con Cannibal Girls (1973) y luego cultor de la comedia hollywoodense (director de Ghostbusters, por ejemplo), le produjo con apenas 115 mil dólares este pequeño film que se encuentra entre lo más perturbador de su director, lo que no es poco.

La historia es simple. Un parásito proveniente de los experimentos de un científico empieza a contagiar a los ocupantes de un edificio de las afueras de Toronto y los transforma en zombis maníacos sexuales. Un doctor y una enfermera tratarán de evitar que la epidemia se esparza fuera del complejo.
Ya desde la primera y brutal escena en la que el científico asesina a una chica y con ácido destruye sus órganos internos para luego suicidarse, las imágenes de Shivers desprenden un realismo pocas veces visto en el género. La gran habilidad de Cronenberg reside en mostrar las situaciones y hechos más horrorosos de la forma más natural posible. Lo que en manos de otros hubiera derivado en la risa involuntaria, en las suyas termina como
uno de los mejores films de terror de los 70.
La película desarrolla una idea osada y ciertamente revolucionaria, aunque Polanski ya la había esbozado en Repulsion (1965), es decir, utilizar las relaciones sexuales como elemento terrorífico, tema que Cronenberg revisitaría en Crash (1996) al juntarlas con los choques de autos.
De allí que se desprendan múltiples metáforas e interpretaciones. La que sin duda se impone es ver al film como la más horrorosa y sangrienta materialización y premonición de los peligros del SIDA. Todo esto en los tiempos de la liberación sexual, de la cual el film es su reverso. Aunque acusar a Cronenberg de moralista o represor sería muy aventurado, especialmente considerando su obra posterior.
Uno de los aspectos fundamentales es la excelente construcción del suspense in crescendo, que tiene su punto culminante en la salida del edificio del único sobreviviente, una secuencia que está por derecho propio en cualquier antología de los diez mejores momentos de la historia del género de terror.
Bonus Track: En la actualidad, Hollywood tiene en proyecto una remake del film, aunque no hay más datos que ese.

Juan Alsinet.


Shivers (1975) Canadá. 87´ Dirección y Guión David Cronenberg. Montaje Patrick Dodd. Foto Robert Saad. Con Paul Hampton, Joe Silver, Lynn Lowry, Allan Kolman.

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