Crítica / Ninja, de Isaac Florentine

El film parte nada menos que de la base de utilizar como título la palabra obvia, lo iconográfico. Y el transcurrir de la cinta, como corresponde, hace justicia. Ninja es un gran clisé, una representación acabada de lo que es el subgénero de las artes marciales. Sin embargo, pese a que esto le jugaría en contra a cualquier película de cualquier otro género, a este opus made in USA los lugares comunes lo transforman en un greatests hits hecho y derecho, además de un certero homenaje (buscado o no) al rey, Bruce Lee.

La historia cuenta el enfrentamiento entre dos alumnos de una escuela oriental de artes marciales, a causa de, por supuesto, la bondad de uno y la villanía del otro, un otro que, incluso, comete la tropelía de asesinar al maestro. Eso es todo. El resto son  buenas escenas de acción, patadas voladoras y de las otras, secuencias más o menos bien entrelazadas y un guión básico pero efectivo que satisface el deseo de adrenalina ninja y puñetazos al por mayor.

El director Isaac Florentine, especialista en trabajos menores con el foco puesto en la acción, acierta aquí con el planteo de la cámara, vertiginoso y ajustado al tema en cuestión. Todo esto, más allá de un punto de vista cuasi patriotero y que, en el fondo, parece buscar hacer justicia con la cosmogonía del héroe yanqui a la hora del cinturón negro, ya que aquí el villano es oriental y el  bueno de la historia un machazo con barras y estrellas que parece heredero de la tradición del gran (cuac) Steven Seagal.

FREAK

Daniel Castelo.

@castelopio


Ninja EE.UU. 2009. 86` Dirección Isaac Florentine. Guión Boaz Davidson, Michael Hurst. Montaje Irit Raz. Foto Ross W. Clarkson. Música Stephen Edwards. Con Scott Adkins, Tsuyoshi Ihara, Mika Ijii, Todd Jensen. Editada por SBP.