El film más político de Alex de la Iglesia da inicio con una escena memorable, en la que una función a cargo de dos payasos se ve interrumpida de forma abrupta por el ingreso del ejército republicano en busca de hombres para combatir a los facistas. Estamos en medio del escenario de la guerra civil que partió en dos a España, en tiempos de violencia y tripas puestas sobre la mesa. Ahí es donde se planta el director ibérico para contar una historia de dolor, niñez perdida, venganza, muerte y, otra vez, venganza.Con un tono que recuerda al Quentin Tarantino de Inglorious Basterds, mister Alex nos cuenta el derrotero de Javier, un hombre que vio morir a su padre a causa del franquismo, y que ya adulto vive una epifanía de ultraviolencia que lo lleva de ser el temblequeante payaso triste de un circo teñido de violencia, a una realidad varios pasos más oscura y terminal.
En una época en la que realizadores otrora revolucionarios y revulsivos dejan paso a su costado más light, estamos aquí ante una obra mayor en la filmografía del director de La comunidad; una película con una potencia visual superior a sus producciones anteriores, que lejos de dar el brazo a torcer en términos de estilo y personalidad, opta por radicalizar el discurso estético y llevarlo a una fase superadora.
Balada triste de trompeta es sin dudas el film de De la Iglesia más logrado desde lo técnico, filmado con perfección y con una terminación que apela a lo mejor del mainstream y a la desfachatez under, todavía hoy de vanguardia, que caracteriza al realizador, uno de los pocos autores que le quedan al cine industrial.
El guión es mayormente sólido, más allá de lo que puede ser entendido como un paso en falso (por la velocidad de la resolución) a la hora de la definición, del momento en que el niño deja la inocencia para encontrarse con la barbarie de la guerra. Sin emabrgo, la trama se percibe grabada en acero, con un puñado de personajes que en parte se asemejan a los de algún comic demente (no es casualidad que Carlos Areces, el Javier adulto, sea historietista) y en (mayor) parte sean hijos abiertamente pródigos de la filmografía de un señor que sabe parir insurgentes por donde plante cámara.
Bienvenida revolución conceptual, estética y ultraviolenta. Bienvenido el mejor Alex que nos dio la pantalla. El rey no ha muerto. Viva el rey.
Daniel Castelo.
FREAK
Balada triste de trompeta España / Francia. 2010. Dirección Alex de la Iglesia. Montaje Alejandro Lázaro. Foto Kiko de la Rica. Música Roque Baños. Con Carlos Areces, Santiago Segura, Antonio de la Torre, Carolina Bang, Manuel Tallafé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario