Esta breve (por ahora) saga de dos episodios made in Japan aterrizó en el Bars con un dato que para los iniciados hacía imperdible la compra de entradas:
el protagónico de la porno star Asami. Claro que la decepción llega rápido, ya que no hay sexo de ningún tipo que tenga como front girl a la máxima estrella nipona del mete y saca.
Sin embargo, el trabajo de Kazushi Nakadaira es bienvenido por lo desfachatado de una propuesta bizarra y que pone el subgénero de lo yakuza en el mismo carril del spaghetti western (¿llegó el Sushi Western?). Las referencias a los films de Giuliano Gemma, o nuestro idolatrado clásico El Topo de Jodorowski, así como más de un guiño al refilón humorístico de Takeshi Kitano, son constantes, casi como un pedido de permiso para entrar al club posmo de la referencia.
Gore, chicas armadas, montaje clase B, chistes cinéfilos y violencia gratuita. Una fiesta para los sentidos, doña.
FREAK
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