Los primeros veinte minutos, entre comedia y musical, de A Espada e a Rosa, podrían representar algo así como una verdadera obra maestra y un canto (chiste fácil) al surrealismo. que transportan al espectador a la dimensión desconocida del surrealismo independiente, donde un actor puede plantarse frente a cámara y decir “soy una piñata” y bailar un pasito ridículo que representa el abismal secreto del universo que florece ante la pequeñez de nuestra existencia. Pasados esos primeros veinte minutos, cambiando de tono y apostando de cabeza al nadaísmo nuestro de todos los BAFICIs, el director Joao Nicolau pierde el rumbo y esboza una suerte de Vida Acuática de Wes Anderson, pero con mucha menor coherencia (aún dentro de su absurdo) y minutos de sobra. A Espada e a Rosa alcanza los 137 insostenibles minutos a fuerza de situaciones de vanguardiaY bueno... ya lo dijo Charly: “la vanguardia es así”.
FREAK
Mariano Torres.
A espada e a rosa Portugal / Francia, 2010. Dirección Joao Nicolau. Guión Joao Nicolau y Mariana Ricardo. Con Manuel Mesquita, Luis Lima Barreto, Nuno Pino Custódio
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