28.5.09

Crítica / El artista, de Mariano Cohn y Gastón Duprat

La discusión sobre qué es y qué no es arte, o hasta donde llega su definición y qué problemáticas abarca, es tan larga como la historia misma de la cultura. Quizás debamos culpar, en todo caso y en referencia a cómo se profundizó ese debate, a Marcel Duchamp y su mingitorio, con el que en la década del 20 del siglo pasado rompió todas las estructuras sobre lo bello y sobre la concepción misma del arte.

Con ese background, la dupla Mariano Cohn-Gastón Duprat ofrece a consideración su segundo opus (luego del irregular Yo, presidente) y lo hace desde una perspectiva ácida, en la que la discusión se ve enriquecida por un humor aguijoneante y certero.

Jorge (Sergio Pángaro) es enfermero de un hospital psiquiátrico de Buenos Aires y allí se encarga de atender a Romano (Alberto Laiseca), señor entrado en años con una particular inclinación por el dibujo. Rápido de reflejos, el cuidador recopila el material del hombre a su cargo y lo presenta como propio en una galería de arte. A partir de allí, se dispara una curiosa carrera hacia el estrellato dentro del universo de las artes plásticas, donde se recibe a Jorge como la nueva profecía cumplida de la cultura argenitna.

Con este peculiar punto de partida, el film se transforma a los pocos minutos de comenzado en un tratado sobre el snobismo nacional y (no) popular, sobre la necesidad imperiosa de diferenciación de la industria cultural local, especialmente la relacionada con las artes plásticas.

Todo eso que podemos apreciar (y disfrutar con sorna) en cualquier inauguración de ArteBA (donde se preestrenó el film), aquí se hace presente a través de un decálogo de actitudes, teorías declamadas y diálogos insólitos que juegan a la legitimación del artista, que disparan ideas sobre cómo pertenecer y hacerse ciudadano de un mundillo excluyente.

El Jorge Ramírez de Sergio Pángaro (en una labor impecable desde el silencio, desde el matiz casi imperceptible) es un paria social que ve el agujero en la pared por donde colarse a un espacio del que no forma parte y que lo deja entrar por error, a bordo de un caballo de Troya ingenioso pero que a fin de cuentas remarca internamente su situación border.

A su vez, el personale de Laiseca (al igual que el film, injustamente ignorado por el jurado del reciente festival de Mar del Plata) es el del artista salierizado, asaltado sin consentimiento a la vez que ignorante de una situación que lo condena a seguir siendo vampirizado por quien debería cuidarlo. ¿La situación del artista frente a sus mecenas?

El artista es cine argentino del que no sobra, del que se mete en zonas de riesgo desde una ficción que apela al humor arrojando ácido para destruir preconceptos y construir ideas, quizás porque sus autores no pertenecen a ese universo de intocables al que apuntan, quizás porque hacer de la ironía y el sarcasmo una fuente de debate luzca renovador en una escena cinematográfica en la que abunda el monotema.

Celebremos a El artista y su disparo contra la postura y los impostores. De paso, hagamos lo propio por este conjunto de no-actores que hacen de sus roles un buen lugar para vivir (incómodo). Y sí, un hurra también para la pareja creativa Cohn-Duprat.

Bonus Track
-Imperdible la participación del escritor Fogwill, el plástico León Ferrari y el sociólogo Horacio González durante una escena en la que los vemos ¿lobotomizados? frente a una pantalla de televisión.

FREAK
Daniel Castelo.
 
El artista Argentina. 2008. 100´ Dirección, Guión y Fotografía Mariano Cohn & Gastón Duprat. Montaje Santiago Ricci. Música Diego Blieffeld. Con Sergio Pángaro, Alberto Laiseca, Zambayonny, Roberto Tacón.


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