Código de familia, que no se plantea revolucionar el género ni tampoco ser un film de referencia dentro de la historia de las aventuras pistoleras, sin embargo, logra armar un relato tan contundente en su planteo como en sus resultados estéticos-narrativos y discursivos.
La historia nos muestra a una familia de policías de New York; papá (Jon Voight), hijos (Norton, Emmerich) y yerno (Farrell). Las cosas van según los caminos previsibles hasta que la matanza de un grupo de compañeros hace explotar una trama de complicidades con el narcotráfico, las mafias urbanas y la inevitable red de agentes de la ley involucrados en la mugre del crimen.
La dupla Norton-Farrell se saca chispas no sólo en lo que refiere a sus personajes, enfrentados, oponentes que alimentan minuto a minuto lo que será una secuencia final imperdible. También, estos dos actores imponen dentro del relato una categoría interpretativa que bien justifica que se los considere como parte de lo mejor de su generación.
El director Gavin O´Connor, sin mayores referencias en la industria hasta el momento, se planta como un tipo de imágenes duras, sin el menor refinamiento visual pero con una puesta de cámaras y una estética que por momentos amenaza con apelar al hardcore (la escena en que el Farrell policía amenaza con quemarle la cara a un bebé con una plancha, es sublime y electrizantemente sádica).
Por otro lado, el film plantea un mundo (o una ciudad, para ser más exactos) donde el promedio es gris, podrido de toda putrefacción, una tierra de policías corruptos, hundidos en su bosta de leyes rotas y no-future.
El cine de Hollywood hace ya unos años que apuesta por inclinar la balanza hacia el mal, al nihilismo, a poner el foco en el lado oscuro, o en los que deberían formar parte de los buenos pero están irremediablemente en el lado opuesto.
Por eso, quizás los tiempos del bendito policía o del hombre que impone la justicia sin miramientos pero con la honra en alto, haya terminado hace décadas para la mirada de la gran industria.
En ese punto, en ese contexto de largometrajes positivistas, Pride and Glory se destapa como una pequeña joya del noir posmoderno, y no solo por el tamaño de sus protagonistas estelares, sino por esa idea oscura y horrenda de que el fin justifica los medios, pero desde el punto de vista de los que están corridos de lo que debe ser, de lo que el buen nacido entiende como humanamente posible. Y quizás el punto sea este: qué tan cerca está lo humanamente posible del ser policial, de la mentalidad represiva, de la patria del machete y el gatillo fácil corrupto.
FREAK
Daniel Castelo.
Código de familia (Pride and Glory) EE.UU. / Alemania. 2008. 130´ Dirección Gavin O´Connor . Guión O´Connor & Joe Carnahan. Montaje Lisa Zeno Churgin & John Gilroy. Foto Declan Quinn. Música Mark Isham. Con Edward Norton, Colin Farrell, Jon Voight, Noah Emmerich.

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