Crítica / El gato Desaparece, de Carlos Sorín

Desde el título, que remite a la menor pero a la vez gran película de Hitchcock La Dama Desaparece, Sorín deja en claro que esto no es otro de sus habituales recorridos por el suelo pampeano, sino un respetuoso (por más que desproporcionado) homenaje al maestro del suspenso. Para que no queden dudas, hasta se anima con un exagerado aviso al público: más allá del recordatorio de apagar los celulares, se pide por favor que no se revele el final de la película. Hitchcock, sin la excusa de la telefonía móvil por aquellos años, en la década del ´60 había hecho ya lo propio, llegando al extremo de prohibir la entrada al cine una vez comenzada la función de su Psicosis, para atrapar al espectador de principio a fin, y bajo amenaza para no revelar detalles del film.

Sorín no es Hitchcock, por supuesto, y si se trata de homenajeador, tampoco es Brian De Palma para el caso, pero afortunadamente cuenta en su nueva película con los suficientes méritos propios como para que eso no importe y, en buena parte gracias a las actuaciones de Luis Luque y Beatriz Spelzini, consigue que su relato esté a la altura de un buen exponente del género. La intriga es intensamente dosificada con una atrapante banda sonora, mientras que el guión resulta demasiado simple pero efectivo: el misterio viene de la mano de un hombre aparentemente recuperado de un brote psicótico, que busca rehacer su vida con su mujer, que aún sospecha que algo anda mal en su cabeza.

Humor negro, suspenso, terror (hay una inteligente cita a Poe inclusive) y atmósferas opresivas, no suelen ser elementos habitualmente presentes en la filmografía. Por eso, esta nueva película del otrora realizador de Historias Mínimas y El Perro, es más que bienvenida.

FREAK

Mariano Torres.

El gato desaparece Argentina. 2011. 90' Dirección y Guión Carlos Sorín. Montaje Mohamed Rajid. Foto Julián Apezteguia. Música Nicolás Sorín. Con Luis Luque, Beatriz Spelzini, María Abadi.