30.6.13

Mirada Mala Leche: Antes de la Medianoche

¿Grecia? Ah, claro... Grecia, sí.
(Aclaración; El auteur de este artículo no vió las dos primeras entregas de la trilogía)

Aquí tenemos una pareja que disfruta de un viajecito divino a un lugar pleno de patiecitos de piedra, olivares hermosos, sol, vino tinto y brunchs con intelectuales. Todo transcurre en Grecia, aunque -nobleza obliga- podría haber transcurrido en la Toscana, en Napa Valley, en Almería ó en cualquier postal de esas que -por más onda que le pongamos- no podrían existir ni de rebote en el interior de nuestro país.


¿Qué es lo que ha pasado con tu corazón?
Ya no marca el paso que marcaba ayer.
Tenemos para nosotros que Grecia, ahora mismo (y desde hace un par de años) se está desangrando en todos y cada uno de los niveles imaginables. No obstante, en el film todos parecen vivir como reyes, comen muy rico, tienen conversaciones pedantes, hablan de libros hermosos todo el santo día y se felicitan por ser los amos incuestionables de la belleza y la verdad. Por que lo son. Tienen la posta. Y parecen pasarla bien, no como los foráneos Ethan Hawke y Julie Delphy (la ídola Moira Soto llamó a esta mujer "cerdita consentida"), que no pierden oportunidad de tirarse palitos en nombre de todas las que no pudieron ser y -de paso- sonrojar a los griegos, que no dejan de darles consejos monísimos, incluso los más pendejos (una griega hot de 17 añitos le explica a un boquiabierto Ethan Hawke que el conocimiento del sonido -en particular del efecto Doppler-Fizeau, si me pongo en imbécil con ganas de sacar a relucir gemas de conocimiento que no generarán el interés de absolutamente nadie- es una cualidad muy bonita e incluso definitoria en ciertas parejas).

A continuación un ejemplo -textual- de las discuciones de la pareja. Obviamente, Delphy está en rosado y Hawke está en azul.

Sos un escritor mediopelo y te la pasás mandándote mails con los idiotas de tus amigos escritores, hablan maravillas de sus propias estúpidas publicaciones, se felicitan entre ustedes, me descuidás, no te aguanto.
Si vos invirtieras el 10% de la energía que invertís en quejarte de lo triste que es tu vida en algo productivo -como cultivar tus ganas de escribir ó tocar la guitarra- hoy serías reconocida y exitosa, pero estás histérica y no sabés lo que querés.
Te recuerdo que yo sufrí el parto de nuestras gemelas y básicamente las crié. (*)
Yo sufrí el parto a tu lado. No empieces con los planteos feministas.

A veces tengo ganas de meter la cabeza en una hornalla y suicidarme como Sylvia Plath.
Era un horno, estúpida. Sylvia Plath metió la cabeza en un horno, no en una hornalla.

-luego de ese gag, una parte del público emitió una risotada,
la otra parte (donde yo me encontraba) no lo hizo en absoluto. Fifty-Fifty a nivel reacción, y todos los abonados al Arteplex saben muy bien (siquiera para lucirse) quién fue Sylvia Plath. Se huele en el airecito de la sala.- 

Ves? Sos un pedante y un imbécil. Salís a caminar dos horas sólo para volver y sentarte a escribir lo que suponés son joyas de sabiduría filosófica, pero son estupideces. Ay, yo, el filósofo. ¿Por qué no salís a caminar en toga, ya que estás? Dale, Sócrates. Además tenés groupies veinteañeras, les mandás mails, les hablás de Tolstoi y te las cogés a todas, yo tengo el culo gordo.
Bueno pero yo te amo igual. A vos y a tu culo gordo. Y quiero envejecer con vos.
Y yo creo que no te amo más.

...y así. 


Cinco escenas (y dos planos-secuencia que demuestran lo magistrales que pueden ser Delphy y Hawke, que en 2012 la rompió en Sinister, probablemente el film más espeluznante del año pasado) en las que una pareja se destroza y sin embargo cuentan con la paciencia y el cariño suficiente como para aguantar los trapos y seguir adelante, al menos hasta medianoche

Influye el paisaje, aunque una parada particular del mismo (un Howard Johnson impersonal que es menos griego que un mural de Diego Rivera) parece destruir los nervios de Delphy y la paciencia de Hawke. Realmente desconozco la génesis y el devenir de esta pareja en los dos films anteriores, pero si el resultado es Antes de la Medianoche, sería mejor dejar de lado el jueguito del viajero literario espaciotemporal cancherito y conseguir el Delorean de Volver al Futuro para encarar la relación de otra manera y hablar las cosas con un poco más de tiro. O de tiempo. Pero si no se puede, no se puede. Frente en alto y siempre adelante, sin mirar atrás. Eso (nos) dicen.

(*) La pareja se establece en París y tienen dos gemelas hermosísimas. Y pasan el 90% de su tiempo discutiendo, y el otro 10% recordando lo felices que fueron. Si el lector ocasional quería que fuese una sorpresa, siento haberla jodido de este modo.

FREAK
Daniel Celina.


Antes de la Medianoche (USA, Grecia, 2013). Dirigida por Richard Linklater. Con Ethan Hawke y Julie Delphy. Fotografía de Christos Voudouris. Montaje de Sandra Adair. Sonido de Tom Hammond.

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